Ficha Bibliográfica: El defecto y la compensación

Por Miguel Soriano

Síntesis y principales conclusiones:

La compensación es un concepto biologicista que pone énfasis en suplir las carencias de un órgano por el refuerzo de la función de otros órganos (iguales o no), que suplen la función ya perdida. La supercompensación por su parte transforma todo deterioro sobre el organismo en una reacción defensiva más enérgica y fuerte, lo cual pretende transformar la debilidad en fortaleza (un ejemplo de esto son las vacunas).

Adler toma para su teoría de la personalidad el concepto de la supercompensación, ya que desempeña un rol fundamental. En este sentido, toma las deficiencias o el defecto como el motor principal para superar las mismas limitaciones presentes. Es así como deduce “la ley psicológica fundamental sobre la transformación dialéctica de la insuficiencia orgánica, a través del sentimiento subjetivo de inferioridad, en aspiraciones psíquicas a la compensación y la supercompensación” (Adler, p. 57, 1927 en Vygotsky, 1924). Por ejemplo, un niño con problemas de visión tiene más ansias de conocer el mundo que le rodea, debido a que la deficiencia (o el defecto) lo impulsa a conocer el mundo, no mediante algún órgano similar, sino mediante otros medios o métodos, lo cual a su vez potencia su mecanismo psíquico interno.

El pensamiento de Adler supera a la teoría de Freud en dos puntos cruciales: a) la idea de una base social del desarrollo de la personalidad, entendiendo que el destino de la personalidad no está definido por el defecto, sino sus consecuencias sociales, su realización sociopsicológica; b) la idea de orientación final de este proceso (desarrollo de la personalidad), ya que cada acto psicológico está en vinculación con el futuro de la personalidad, en palabras de Adler “no podemos pensar, sentir, querer, actuar sin que haya ante nosotros algún fin” (Vygotski, p. 6, 1924).

El hecho que exista un fin crea un enlace entre la pedagogía y la psicología de Adler, planteándose así la pedagogía psicológica individual, la cual concibe la educación y desarrollo infantil en la inadaptación, ya que se despliegan los mecanismos de supercompensación, desarrollando así funciones supereficientes. De cierta manera se ve al defecto como una ventaja, lo cual llevaría indudablemente a renunciar al término de niño deficitario debido a que este “tipo de niños” contaría con más potencial que los niños “normales”. Son estos pensamientos los que llevan a Adler a proponer al defecto como la fuerza motriz y fundamental del desarrollo y objetivo final del proyecto de vida, es decir, simultáneamente con el defecto vienen las tendencias psicológicas de orientación opuestas, en otras palabras la compensación para superar el defecto y estas deben ser incluidas en el proceso educativo. Sin embargo, el defecto es solo una parte de los polos, ya que en el otro se encuentra el refugiarse en la enfermedad, la total resignación o el fracaso de la supercompensación, lo cual llevaría a vivir bajo un fin ficticio. Además se puede comenzar a valorar excesivamente la enfermedad sin la superación inherente.

Adler y el conductismo tienen varios puntos en común, lo cual crea la ilusión de que los niños con problemas  o “niños con defectos” pueden aprender de la misma manera que los niños normales, en teoría ocurre así, ya que los principios de la teoría reflexológica son los mismos, lo cual no ocurre en la práctica ya que se hacen patentes las dificultades inherentes de los “niños con defectos”.

El trabajo de la supercompensación necesita dos condiciones propicias para que resulte de la mejor manera esperable, una de ellas es el grado de inadaptación del niño y por el otro lado el fondo compensatorio, en otras palabras es otorgarle las herramientas necesarias al individuo para que este logre desarrollar su vida lo mejor posible.

Breve comentario:

En este texto se habla del defecto como un precursor para el desarrollo del "niño con defecto", pero al hablar de un fin social lo hace entrar en la dinámica de la integración social,  si bien plantea más adelante que es necesario una riqueza de contexto que ayude al niño a desempeñarse de mejor manera, no propone soluciones para aquellos desfavorecidos, dejándolos de cierta manera a la deriva y desamparados. Por mi parte, el texto plantea más una perspectiva de integración en vez de una inclusión de personas o niños con otras capacidades, dejando sin solución los problemas por los cuales estos puedan atravesar, es por esto que me cuestiono si realmente el defecto es el impulsor, el motor central que hace generar cambios en el niño, o tal vez lo más importante es en el contexto en el que se desarrolla la persona, ya que si este es desfavorable ningún cambio haría la diferencia entre un antes del “defecto” y un después del “defecto”. 

Otro punto en el cual me encuentro en conflicto es el término de “defecto” o “niño con defecto”, ya que asumo que pone en el individuo esta característica, donde queda estáticamente definida, sin poder ponerla afuera de sí para poder ejercer un cambio en esta desde afuera. Es decir, el problema es del niño y el con sus propios medios debe salir adelante, si bien se pueden facilitar las condiciones, es el mismo niño quien debe supercompensar sus “defectos”.

Citas textuales:

“La sensación de la insuficiencia de los órganos es para el individuo un estímulo constante al desarrollo de su psique” (cita Adler a O. Rühle, p. 26, 1926; en Vygotski, 1924).

“… comprender el desarrollo y la educación infantiles: en la inadaptación de la infancia está dada, por tanto, la fuente de la supercompensación, es decir, del desarrollo supereficiente de las funciones” (Vygotski, p. 6, 1924)

“Los psicólogos y pedagogos no conocían la ley de Adler sobre la contraposición entre la deficiencia dada orgánicamente y las tendencias psíquicas a la compensación, tenían presente solo lo primero, solo la deficiencia. No sabían que el defecto no es únicamente la pobreza psíquica, es también fuente de riqueza; no es únicamente debilidad, es también fuente de energía” (Vygotski, p. 8, 1924)

Referencia:


Vygotski, L. (1924). Obras Escogidas. Capítulo 1: EL defecto y la compensación.
 

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